Mi ruta hacia el vegetarianismo!
Desde que estoy en las redes sociales siempre me han preguntado como hice para convertirme en vegetariana.
Para empezar debo aclarar que soy vegetariana, no vegana. Yo consumo derivados animal como huevo, lácteos y miel. Pero intento que estos sean de origen orgánico.
Todo empezó hace 4 años. Mi esposo nunca fue amante de las carnes rojas, de hecho solo las comía cuando yo las cocinaba pero más de una vez me las dejó en el plato. Digamos que esto hizo que las preparara cada vez menos. Hace 8 años me tuvieron que operar de la vesícula y a partir de allí empecé a notar que las carnes, sobre todo las rojas, me causaban muchísimo dolor a nivel intestinal. Me diagnosticaron con Síndrome del Intestino Irritable (SII) y noté que las carnes eran las principales responsables de estas molestias. Por lo que decidí dejar las carnes rojas por completo. Sin embargo, había algo que no podía dejar: la tocineta (beicon).
Siempre he sido amante de los animales. Creo que ese ha sido, es y será el motor que me ha hecho elegir este estilo de vida. Ser vegetariano va más allá de una moda, es un compromiso al respeto por cualquier tipo de vida que existe en el planeta. Siempre he participado activamente en campañas anti-taurinas, anti-zoos, he rescatado animales en condición de calle, soy voluntaria de Fundaciones Pro Animalistas como AnimaNaturalis, etc.
Un día, en mi camino hacia mi casa en Caracas, en medio de una tranca, se me cruzó un grupo de personas que empujaban brutalmente a un cerdo enorme. Nunca olvidaré su mirada aterrada y el júbilo de quienes lo maltrataban y humillaban. Obvio que la intensión era llevarlo al sitio donde lo matarían para comerlo. Algo muy normal para muchas personas, pero a mi me marcó por completo. Mi esposo quien me acompañaba ese día me dijo: “No comeré más carnes. Ni rojas, ni blancas, ni de ningún tipo…” Y le tomé la palabra hasta el sol de hoy.
Ya van 5 años desde entonces. Cero carnes. Me siento comprometida a este ideal y me siento mejor que nunca. Esto me ha permitido conocer que la tierra nos brinda tantas opciones que yo desconocía y que ahora disfruto. Soy fiel creyente del poder de las frutas y las verduras y me he comprometido a aprender todo sobre ellas.
Tenemos dos hijos, Andrea y Sebastian. Ellos comen carnes, sobre todo Andrea que le encantan. Sebastian tiene mucha más sensibilidad hacia los animales y evita comer algunas cosas porque le desagrada la idea de su origen. Ambos conocen a la perfección nuestros motivos del por qué somos vegetarianos, pero no se los imponemos. De hecho, me toca comprar y cocinar sus platos favoritos, uno de ellos: pasta boloñesa. Así como no les he impuesto una religión no les impondré un estilo de alimentación, pero si les estoy dando toda la información y las herramientas necesarias para que ellos decidan, llegado el momento, hacia que dirección ir.
Una vez alguien me comentó: “Las comidas no tienen que saber bien para ser buenas para uno…” Y puede que sea cierto, pero para yo poder comer algo me tiene que gustar, o al menos, no disgustar. Y es así como nace este nuevo proyecto: @frascosaluable en donde comparto todas esas recetas de jugos, smoothies y comidas rápidas, sencillas -vegetarianas por supuesto- y sobre todo saludables que cualquier persona se pueda preparar en su casa y en cualquier momento.
Deja una respuesta