Por: Maricarmen Grisolía
¿Te han dicho que tienes que evitar las grasas para poder perder peso, y que el colesterol es malo? Pues te tengo noticias: no es cierto.
Aunque la mayoría de la gente piensa lo contrario, el colesterol y las grasas son componentes necesarios en una dieta saludable y, además, ayudan a adelgazar.
Además de ser riquísimas, las grasas mejoran la salud de las células de tu cuerpo, hacen que sientas más llenura por más tiempo (controlan el hambre) y son necesarias para absorber algunos nutrientes (como varias vitaminas y minerales presentes en las verduras por ejemplo). Las grasas también son necesarias para el buen desarrollo cerebral y del sistema nervioso, mantienen la buena salud de la piel, y cuando están balanceadas correctamente disminuyen las muertes por enfermedad cardiovascular.
¿Y qué hay del colesterol? En primer lugar, el colesterol es el precursor de la vitamina D, la cual es esencial para poder absorber el calcio que consumes y además es útil en la regulación del estado de ánimo. El colesterol en realidad no es malo, sino que es una sustancia que nuestro cuerpo produce y regula y que interviene en cantidad de funciones corporales, incluyendo la regulación de las hormonas sexuales.
Por todo esto lo primero que tienes que saber es que los alimentos bajos en grasas, cero calorías o “light” no son saludables. Tu cuerpo necesita las grasas para que sus células estén en buen estado, para que tus hormonas estén equilibradas, y para que puedas absorber todas las vitaminas que necesitas para estar saludable y en forma.
Los alimentos ricos en grasas que comes van a determinar si el equilibrio de grasas y colesterol en tu cuerpo es bueno, y eso va a determinar si tienes buena salud y si eliminas el exceso de peso.
Sin embargo, no todas las grasas son saludables.
Los aceites vegetales refinados o hidrogenados y margarinas, que contienen las llamadas “grasas trans”, son fatales. Este tipo de grasas promueve la inflamación en tu cuerpo, desequilibra tus hormonas, hace aumentar los niveles de colesterol y eleva el riesgo cardiovascular.
Las grasas trans se encuentran en los aceites vegetales refinados e hidrogenados (o parcialmente hidrogenados), como el aceite de soya, de maíz, de colza o de girasol. Todos estos son altamente procesados (para hacerlos inoloros y que duren por más tiempo), lo que hace que sus grasas – que originalmente eran saludables – se descompongan en el proceso y se tornen rancias y venenosas. Si, además, son sometidos a altas temperaturas (como en todo tipo de frituras y productos horneados) se produce aún mayor cantidad de sustancias tóxicas que te pueden causar un montón de enfermedades a la larga, desde obesidad hasta cáncer.
Si consiguieras las versiones sin refinar (virgen) de estos aceites no serían tan dañinos, pero lo que se consigue en el supermercado (y lo que se usa en la calle) son siempre las versiones refinadas porque son las más estables a altas temperaturas y además son más económicas. Lo mejor que puedes hacer es no comprar estos aceites en casa y evitar comer frituras o comidas ricas en aceites en la calle, para que no te estés llenando de todas estas grasas dañinas que no sólo te van a impedir perder los kilos de más sino que además te harán engordar y te harán enfermar.
Lo que sí debes hacer es incluir cada día alimentos ricos en grasas saludables, para que obtengas tooooodos los beneficios que te expliqué al comienzo y además puedas preparar comidas súper ricas. Las grasas saludables las va a encontrar en distintas fuentes naturales y no procesadas, como frutos secos (nueces, almendras, cacahuates, pistachos…), aguacate, aceites vírgenes de oliva y de coco, aceitunas, mantequilla criolla (NO margarina), además de pescados azules (salmón, sardinas, arenque…) y huevos enteros (de preferencia de aves criadas al aire libre).
Todos estos alimentos te harán estar saludable y adelgazar más fácilmente. Y no, ¡ninguno de ellos engorda! En realidad puedes incluir estos alimentos a diario en tus comidas. Yo recomiendo comer una porción de grasa saludables en cada comida. Esto puede ser una cucharada de aceite de los recomendados o mantequilla, un puñado de frutos secos o una cucharada de mantequilla de frutos secos, medio aguacate pequeño, un par de huevos enteros (la yema del huevo no sube el colesterol, eso es un mito), o un filete de pescado.
Si no lo has estado haciendo comienza desde ya a comer todos estos alimentos riquísimos y verás como tus comidas te gustan más, te llenan más, y te hacen bajar más 🙂
Fuente de la imagen: Pinterest
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