Un bronceado bonito no está reñido con el cuidado de la piel, es más, la piel es un órgano como cualquier otro y prestarle atención con pequeños cuidados es una gran inversión de belleza a largo plazo.
Para conseguir un tono uniforme en nuestro bronceado, debemos exfoliar e hidratar la piel con anterioridad a la exposición solar y repetir con una exfoliación a conciencia al menos una vez por semana, retirar células muertas tiene más sentido que nunca en este momento. El moreno tan deseado en verano, no es más que un mecanismo de defensa de nuestras células, produciendo más melanina como barrera para proteger la piel de los efectos nocivos de los rayos UVA y UVB.
Nuestro grado de bronceado dependerá directamente de la capacidad de melanina que somos capaces de producir. Cuando nos quemamos las células mueren y teniendo en cuenta que la piel tiene memoria, el daño al que la hemos sometido resulta acumulativo, pudiendo aparecer con mayor o menor sorpresa en una edad madura.
¿Qué le ocurre a tu piel cuando no te preocupas de usar protector solar a los 20, a los 30 y a los 40?
Protección solar en tu rostro: ¿sueles olvidarla en tu rutina diaria?
Un estudio reciente realizado por dermatólogos desvela que aquellas personas que usan protección solar con SPF 30, tienen una mejor calidad de piel.
Es posible que con 20 años no estés preocupada por los problemas que los rayos UV están causándote bajo ese bonito bronceado. Pero es causante de los problemas de despigmentación que pueden sobrevenir con el paso del tiempo.
Diez años después de tu veintiún cumpleaños el “maltrato” causado a lo largo de tus veinte empieza dejarse ver. Pues es en los 30 años, donde comienzan a aparecer las primeras arrugas y las finas líneas de expresión. En cualquier caso, es posible que ésto no sea suficiente para que empieces a invertir esa crema específica, a la vez que te comprometes con la protección solar diaria. Al fin y al cabo, esos problemas de hiperpigmentación (que irán a más) apenas están apareciendo, normal que no supongan una preocupación real, si no los veo ¿no existen?… Gracias piel, por esa maravillosa memoria.
Con más de 40 y después de unos cuantos veranos al sol, la textura de la piel cambia de forma importante, debido a la disminución de la producción de colágeno en la dermis y a que la epidermis, que es la capa superior de la dermis, comienza a disminuir, haciendo que los vasos sanguíneos bajo la superficie sean más visibles.
En cualquier caso, éstos son algunos de los efectos (anti)estéticos que el sol puede causar en nuestra piel, además de favorecer el desarrollo de enfermedades relacionadas con la exposición solar. Generalizando, pues no todo aquel que no se haya cuidado en sus veinte sufrirá de estos problemas a los cuarenta y viceversa.
Post by Deyanira Bas @Deyabas
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