Si llevas tiempo tratando de hacer dieta o comer saludablemente y no obtienes resultados, quizás es porque estás cayendo en la trampa de los alimentos que son supuestamente «saludables» pero que, en realidad, no lo son.
Descubre estos 5 alimentos comunes que sabotearán tus esfuerzos de perder peso, y lo que puedes hacer para sustituirlos por versiones realmente saludables.
1. Jugos/zumos de fruta
La mayoría de los jugos o zumos de fruta que compras en el supermercado tienen muy poco de fruta real.
En general, los jugos son altamente procesados y están repletos de azúcar – incluso los que marcan que no contienen azúcar añadido o que están hechos con 100% fruta.
La realidad es que un vaso de jugo de fruta natural contiene la misma cantidad de azúcar que un refresco, y está desprovisto de fibra (uno de los componentes más beneficiosos de las frutas).
Esto hace que tu cuerpo procese el jugo casi de la misma manera en que si te estuvieras bebiendo un vaso de agua azucarada: provoca un pico de insulina y propicia el almacenamiento de grasa.
Incluso si preparas el jugo en casa tendrás ese efecto. Porque al licuarlo, eliminas el efecto que tiene el masticar la fruta.
Consumir algo dulce en forma líquida aumenta mucho más la liberación de insulina con respecto a cuando lo haces en forma sólida, ya que el líquido se absorbe mucho más rápido.
Además, cuando está en forma líquida tendemos a consumir mucha más cantidad, por lo que estarás comiendo mucha más azúcar que si consumieras la fruta entera.
Así que lo mejor es dejar la fruta para comerla entera, y para beber privilegiar el agua pura, el té y las infusiones. Dale un toque especial de sabor al agua que bebes colocándole unas rodajas o trocitos de tu fruta preferida y dejándola un par de horas en el refrigerador.
2. Barritas de proteína
Estas barritas son una de las formas más fáciles de caer en la trampa, porque parecen sumamente saludables y además son sabrosas. Encima de todo, son muy prácticas y convenientes cuando estás en la calle, o cuando pega el antojo, así que son muy populares.
Pero… la gran mayoría de estas barritas son en realidad una bomba de azúcar y grasa.
Y yo soy muy defensora de las grasas, pero cuando están mezcladas con azúcar son una muy mala opción si deseas adelgazar.
Asumiendo que la barrita está hecha con ingredientes saludables (si la compras de buena fuente o si la preparas en casa), usualmente llevan avena, semillas, frutos secos, frutas deshidratadas, cacao, coco (rallado o aceite), etc. En un solo pedacito podrías estarte comiendo toda la grasa y azúcar de un día entero.
Y si encima tienen ingredientes poco deseables (que es la mayoría de los casos), estamos mal.
Por ejemplo, muchas de las barritas comerciales están hechas con proteína de soya, que es una pésima opción si te interesa perder peso y aprecias tu salud (la usan porque es la más barata). Otras varias tienen un montón de azúcar, aceites vegetales, y cualquier otra cantidad de ingredientes de mala calidad, malos para la salud, y que hacen engordar.
Así que estas barritas mejor evitarlas en general, y comerlas sólo de manera muy ocasional (y prepararlas en casa siempre que sea posible, con pocos ingredientes y de buena calidad).
3. Lácteos 0%
Esto es sumamente común, e incluso hoy día muchos médicos y nutricionistas recomiendan a sus pacientes consumir yogurt y leche descremados (sin grasa).
Sin embargo, las investigaciones más recientes han demostrado que los lácteos enteros son más saludables que los descremados.
¿La razón? Los lácteos descremados tienen mayor proporción de azúcar (me refiero al azúcar propia de la leche, no a azúcares añadidos). Y todo lo que tenga más azúcar es más dañino.
La grasa de la leche es saturada pero no es mala. Sobre todo si consigues lácteos orgánicos o ecológicos, puedes consumirlos enteros sin ningún problema y te ayudarán a adelgazar.
En los lácteos orgánicos o ecológicos hay un tipo de grasa llamada ácido linoléico conjugado (CLA por su nombre en inglés) que se ha demostrado que contribuye a la quema de grasas.
Así que si consumes lácteos, hazlo siempre en sus versiones enteras y no te preocupes por la grasa.
Los lácteos enteros son más sabrosos al comerlo y prolongan la saciedad por tener una digestión más lenta. También trata de conseguir las versiones orgánicas o ecológicas si está a tu alcance.
De hecho, en general, evita los alimentos «light» o «0%». No son saludables en lo absoluto y no te ayudarán a perder peso.
4. Alcohol
Se supone que sabemos que el alcohol es malo para la salud, pero como últimamente han salido varios estudios acerca de los beneficios de bebidas alcohólicas como el vino o la cerveza, mucha gente cae en la trampa de pensar que no hay problema en salir de copas todos los días.
La realidad es que el alcohol aporta casi tantas calorías como la grasa (7 calorías por gramo de alcohol, versus 9 calorías por gramo de grasa), y si lo combinas con algún tipo de carbohidrato (azúcar como en los cocteles, o harinas de los pasabocas o la comida) estarás propiciando un ambiente almacenador de grasas del cual no te podrás escapar.
Pero eso no es lo peor.
El problema principal con el consumo de alcohol es que éste se metaboliza en el hígado, que es también el órgano encargado de metabolizar las grasas.
Mientras hay alcohol en el organismo, el hígado se encargará de procesarlo y la quema de grasa se detendrá por completo.
Por esta razón, lo que comes mientras bebes alcohol será almacenado.
Por si fuera poco, beber alcohol altera el sueño. Aunque sientas que duermes más fácilmente, en realidad el alcohol impide los procesos propios de reparación que se dan en tu cuepro durante el sueño. Tu sueño no será suficientemente profundo y tu cuerpo estará incapacitado de quemar grasa mientras duermes.
Así que si te interesa bajar de peso y estar saludable, no te engañes pensando que la cerveza es saludable. Lo más recomendable es evitar las bebidas alcohólicas en general, y sólo tomar una copa de vino tinto ocasionalmente.
5. Café
Y, por último, otra de nuestras bebidas preferidas: el café.
Aunque las investigaciones más recientes han mostrado que consumir café de forma regular puede resultar beneficioso para la salud, esto se refiere al café negro.
La mayoría de las personas consumen el café con algún tipo de crema o leche. Para muchos, esta bebida sustituye el tan extrañado postre de después de comer o de media mañana o media tarde, y se enganchan a su tacita de café varias veces al día.
Una tacita de café con leche de vez en cuando no hará nada, pero si es ya costumbre tomarla a diario, e incluso varias veces al día, eventualmente te darás cuenta que dos más dos son cuatro.
Y si eres de quienes suelen comprar su café con leche en estas tiendas tan agradables donde le ponen tu nombre al vaso y te dan una butaca comodísima con Wi-Fi libre… pues vamos peor, porque lo que te estás tomando es una verdadera bomba calórica de grasa y azúcar (con apenas un poquitico de café).
Eso que tomas se parece más a un helado que a un café, y su efecto en el cuerpo es el correspondiente: pico de insulina y almacenamiento de grasa.
Así que lo mejor que puedes hacer es tomar el café en casa.
Compra uno de buena calidad (si es orgánico o ecológico mejor), trata de tomarlo sin endulzar (o usa stevia si no lo soportas sin azúcar), y evita agregarle leche o crema. Yo lo tomo con canela y me gusta muchísimo. Con cacao en polvo también es una excelente opción.
Si necesitas absolutamente ponerle algo de leche, trata de no abusar con la cantidad. Y, sobre todo, que sea crema o leche de verdad. Nada de cremas en polvo ni cosas de esas ultraprocesadas llenas de ingredientes artificiales que no le hacen nada bien a tu cuerpo.
Y, en general, trata de no consumir demasiado café durante el día. Una a tres tazas está bien. Un litro de café… no tanto.
Espero que esta lista te haya servido para desenmascarar algún alimento supuestamente saludable que quizás estabas consumiendo y que te estaba saboteando en tus esfuerzos por perder peso.
Recuerda que lo más importante si quieres perder peso saludablemente es que la gran mayoría de tus comidas estén compuestas por alimentos naturales, no procesados. Mantén un ojo abierto ante los alimentos engañosos y verás que cada vez más optimizas tu dieta para obtener los resultados que mereces por tus esfuerzos.
Imagenes: Pinterest
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